Definirlo es un desafío porque no es solo una ideología, sino también una práctica política, un fenómeno cultural y una identidad histórica que ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a distintos contextos. Intentaré explicarlo de manera clara, estructurada y profunda, abordando sus orígenes, características, contradicciones y su impacto.
1. Orígenes históricos
El peronismo nace en Argentina durante un período de crisis económica y social, tras la década de 1930, conocida como la "Década Infame", marcada por gobiernos conservadores, fraude electoral y desigualdad social. Juan Perón, un militar que ascendió al poder como secretario de Trabajo y Previsión (1943-1945) y luego como presidente (1946-1955), capitalizó el descontento de las clases trabajadoras y sectores marginados.
Contexto: La industrialización en Argentina generó un proletariado urbano que demandaba derechos laborales. Al mismo tiempo, las élites tradicionales y los partidos políticos de la época (como la Unión Cívica Radical o los conservadores) no lograban representar a estas masas.
Rol de Perón: Perón, con su carisma y pragmatismo, promovió políticas laborales como el salario mínimo, vacaciones pagas, aguinaldo y sindicatos fuertes. Esto le ganó el apoyo de los trabajadores, a quienes llamó "los descamisados".
Evita: Eva Perón, su esposa, jugó un papel clave al conectar emocionalmente con las masas, promoviendo la justicia social y la inclusión de los sectores populares, especialmente mujeres y pobres.
2. ¿Qué es el peronismo?
El peronismo puede entenderse desde varios ángulos:
a. Como ideología
El peronismo no encaja fácilmente en las categorías tradicionales de izquierda o derecha. Perón lo definió como una "tercera posición", una alternativa al capitalismo liberal y al comunismo soviético. Sus principios básicos, según la doctrina peronista, son:
Justicia social: Priorizar el bienestar de los trabajadores y los sectores populares mediante redistribución de la riqueza.
Soberanía nacional: Promover la independencia económica y política frente a potencias extranjeras.
Independencia económica: Fomentar la industrialización y el mercado interno para reducir la dependencia de exportaciones primarias.
Sin embargo, el peronismo es más pragmático que dogmático. Ha adoptado posturas contradictorias según el contexto: fue progresista en los años 40-50, conservador en los 70 en algunos aspectos, y neoliberal en los 90 bajo Carlos Menem.
b. Como movimiento político
El peronismo es un movimiento amplio que incluye diversas corrientes internas, desde sectores de izquierda (como la Juventud Peronista o el kirchnerismo) hasta sectores de derecha (como el peronismo ortodoxo o el menemismo). Esta heterogeneidad lo hace adaptable, pero también fuente de conflictos internos.
Partido Justicialista (PJ): Es el brazo político formal del peronismo, fundado por Perón. Sin embargo, el peronismo trasciende al PJ, ya que muchos peronistas no están afiliados al partido, pero se identifican con sus valores o liderazgos.
Liderazgo carismático: El peronismo se basa en líderes fuertes (Perón, Evita, Néstor y Cristina Kirchner, entre otros) que encarnan la conexión directa con "el pueblo".
c. Como fenómeno cultural
El peronismo es también una identidad cultural y emocional. Ha moldeado la manera en que millones de argentinos se ven a sí mismos, especialmente los sectores populares. Sus símbolos (la marcha peronista, el escudo del PJ, la figura de Evita) y su narrativa de redención social resuenan profundamente.
Lealtad emocional: Muchos peronistas no adhieren por razones ideológicas estrictas, sino por una conexión afectiva con la idea de un país más justo, asociada a Perón y Evita.
Mística: La figura de Evita, mitificada tras su muerte en 1952, y la narrativa de Perón como "conductor" del pueblo refuerzan esta dimensión cultural.
3. Contradicciones y evolución
El peronismo es conocido por su capacidad de adaptación, pero también por sus contradicciones:
Izquierda y derecha: En los 70, el peronismo abarcó desde guerrillas de izquierda (Montoneros) hasta grupos de derecha (Triple A). Esta polarización interna llevó a enfrentamientos violentos.
Menemismo (1989-1999): Carlos Menem implementó políticas neoliberales (privatizaciones, apertura económica) que parecían contradecir la justicia social peronista, pero mantuvo el apoyo de sectores peronistas por su carisma y pragmatismo.
Kirchnerismo (2003-2015): Néstor y Cristina Kirchner revitalizaron el peronismo con un enfoque progresista, centrado en derechos humanos, redistribución y políticas sociales, pero también generaron polarización con sectores conservadores y antiperonistas.
4. Impacto y relevancia actual
El peronismo ha gobernado Argentina durante gran parte de su historia democrática desde 1946, incluyendo los gobiernos de Perón, Isabel Perón, Menem, Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández (2019-2023). Incluso en la oposición, sigue siendo una fuerza dominante.
Polarización: El peronismo genera amores y odios. Para sus seguidores, representa la defensa de los humildes; para sus críticos, es sinónimo de populismo, clientelismo y autoritarismo.
Adaptabilidad: Su capacidad para reinventarse le ha permitido sobrevivir crisis, dictaduras y cambios globales. En 2025, bajo un contexto de desafíos económicos y políticos, el peronismo sigue siendo un actor central, aunque fragmentado entre distintas facciones.
5. Respuesta a la dificultad de la pregunta
Definir el peronismo es difícil porque no es una ideología rígida, sino un fenómeno vivo, contradictorio y profundamente arraigado en la historia y la identidad argentina. Es a la vez un proyecto político, una red de lealtades, un conjunto de políticas y un símbolo de lucha por la justicia social. Como dijo el historiador Juan José Sebreli, "el peronismo es todo y no es nada", dependiendo de quién lo interprete y en qué momento