lunes, 8 de septiembre de 2025

Se desinfla el globo Libertario?

 

El Triunfo de Kicillof sobre Milei: Dos Modelos de Sociedad en las Antípodas

En el contexto de las elecciones legislativas provinciales de Buenos Aires del 7 de septiembre de 2025, el frente Fuerza Patria, liderado por el gobernador Axel Kicillof, obtuvo una victoria contundente con cerca del 47% de los votos, superando por más de 13 puntos a La Libertad Avanza (LLA), el espacio del presidente Javier Milei. Esta elección no fue solo un resultado electoral, sino un claro plebiscito sobre dos visiones antagónicas de la sociedad argentina: el modelo peronista de intervención estatal y protección social, encarnado por Kicillof, frente al paradigma libertario de desregulación y ajuste fiscal impulsado por Milei. Más allá de los números, este triunfo invita a reflexionar sobre la "barredora" —esa fuerza popular que parece barrer las ilusiones de cambio radical— por encima de la "sierra" mileísta, símbolo de recortes drásticos que prometían libertad económica pero han generado descontento generalizado.


Dos Modelos en las Antípodas: Estado Protector vs. Mercado Salvaje

El peronismo, en su variante bonaerense representada por Kicillof, defiende un modelo de sociedad inclusiva donde el Estado actúa como garante de derechos sociales, educación pública, salud accesible y un rol activo en la economía para mitigar desigualdades. Este enfoque, arraigado en la tradición justicialista, prioriza la redistribución y la inversión en infraestructura social, incluso en tiempos de crisis. Kicillof, exministro de Economía y economista keynesiano, ha posicionado a Buenos Aires como un bastión de resistencia al ajuste nacional, implementando políticas que contrarrestan los recortes federales, como el mantenimiento de programas educativos y sanitarios pese a la restricción de fondos. En esta elección, su lista no solo ganó en las secciones electorales más pobladas (primera y tercera), sino que consolidó un liderazgo que trasciende el peronismo tradicional, incorporando elementos de renovación y oposición frontal al gobierno nacional.

En el polo opuesto, el modelo libertario de Milei propone una sociedad minimalista, donde el Estado se reduce al mínimo indispensable —o incluso se cuestiona su existencia—, apostando por la libertad individual, la desregulación total y el mercado como regulador supremo. Inspirado en el anarcocapitalismo, Milei llegó al poder en 2023 con promesas de "dinamitar" el Estado parásito, usando la metáfora de la "sierra" (o motosierra) para simbolizar cortes profundos en el gasto público, privatizaciones masivas y eliminación de subsidios. Este enfoque, que ha incluido devaluaciones agresivas, despidos masivos en el sector público y una política exterior alineada con el ultraliberalismo global, se presentó en Buenos Aires como una alternativa "revolucionaria" para combatir la inflación y la corrupción. Sin embargo, en la práctica, ha profundizado la recesión, el aumento de la pobreza (que supera el 50% en la provincia) y la fragmentación social, alejando a amplios sectores de la ciudadanía que esperaban un "éxito" económico inmediato.

Estos dos modelos representan antípodas ideológicas: uno colectivista y protector, que ve al Estado como herramienta de justicia social; el otro individualista y disruptivo, que prioriza la eficiencia mercantil por encima de la equidad. La elección bonaerense de 2025 no solo midió preferencias partidarias, sino la viabilidad de cada visión en un país golpeado por la crisis.

La Barredora del Descontento: Más Allá de la Sierra Mileísta

Si la "sierra" de Milei simboliza un corte tajante y prometedor —un cambio radical que barrería con décadas de decadencia peronista—, el triunfo de Kicillof evoca una "barredora" más humilde pero efectiva: la capacidad de la ciudadanía para limpiar el camino de experimentos fallidos y volver a lo conocido. Esta metáfora captura el voto castigo que se expresó en las urnas, donde el peronismo no solo retuvo su bastión histórico, sino que lo amplió, ganando con holgura en distritos clave y posicionando a Kicillof como figura presidencial para 2027. Reflexionar sobre esta "barredora" implica cuestionar si el electorado bonaerense —y por extensión, el argentino— ha optado por una restauración pragmática en lugar de una utopía libertaria.

El resultado es histórico, según el propio Kicillof, quien lo calificó de "aplastante" y un llamado a "rectificar el rumbo" nacional, pidiendo incluso una reunión con Milei para dialogar. En un análisis postelectoral, se evidencia un desencanto profundo: la sierra prometía libertad, pero entregó ajuste sin alivio inmediato. La inflación, aunque contenida en algunos indicadores, ha erosionado el poder adquisitivo; los despidos y la quita de subsidios han golpeado a la clase media y baja; y errores sucesivos, como conflictos con gobernadores y una comunicación polarizante, han alejado al relato libertario de la "calle". La barredora, entonces, no es solo victoria peronista, sino una limpieza colectiva de expectativas infladas.

Las Dos Últimas Elecciones: Batacazos para el Presidente Libertario

Las elecciones de 2025 en Buenos Aires marcan el segundo revés consecutivo para Milei en el conurbano, el corazón electoral del país. Si en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, LLA ya había mostrado debilidad frente a Fuerza Patria —con el peronismo liderando en las listas legislativas—, la general del 7 de septiembre confirmó la tendencia, convirtiéndose en un "Waterloo" para el oficialismo. Estos batacazos no son aislados: contrastan con el entusiasmo de 2023, cuando Milei irrumpió como outsider, pero revelan la fragilidad de su base en un distrito que representa el 37% del padrón nacional.

¿Se cansó la ciudadanía de las promesas de Milei? Todo indica que sí. El presidente, en un gesto inusual, admitió la "clara derrota" y llamó a aceptarla, reconociendo que el voto fue un mensaje de descontento. Las promesas de prosperidad rápida —"con el mercado libre, todos seremos ricos"— chocaron con la realidad de una economía en recesión, donde el ajuste fiscal ha priorizado el superávit sobre el bienestar social. Sectores como jubilados, trabajadores informales y pymes, que inicialmente apoyaron el cambio, ahora perciben el costo humano del experimento libertario.

¿Se desinfla el globo libertario? Los resultados sugieren que sí, al menos en su fase de euforia inicial. LLA, que en 2023 capitalizó el hartazgo antiperonista, pierde terreno en Buenos Aires, donde el peronismo unificado bajo Kicillof demuestra resiliencia. Este desinflado no implica el fin del mileísmo —aún retiene un núcleo fiel en provincias como Córdoba o Mendoza—, pero cuestiona su hegemonía. El globo, hinchado por redes sociales y un discurso anti-sistema, pincha ante la necesidad de resultados tangibles. Kicillof emerge fortalecido, no solo como gobernador, sino como alternativa viable, abriendo un nuevo mapa político donde el peronismo recupera centralidad.

Reflexiones Finales: Hacia una Sociedad Equilibrada

El triunfo de Kicillof invita a pensar en una sociedad que rechaza extremos: ni el estatismo asfixiante del pasado peronista, ni el darwinismo social del libertarianismo puro. La barredora del voto popular barre ilusiones para dejar espacio a un pragmatismo que priorice lo social sobre lo ideológico. En un país polarizado, esta elección bonaerense —y sus ecos nacionales— podría forzar a Milei a moderar su sierra, incorporando diálogo y ajustes menos dolorosos. Para la ciudadanía, es un recordatorio: las promesas electorales deben traducirse en hechos, o el globo se desinfla inevitablemente. El camino adelante, con 2027 en el horizonte, dependerá de si ambos modelos aprenden a convivir en un equilibrio posible.

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