Los Peligros de la Extrema Derecha:
Un Grito contra la Represión y el Miedo.
Un Ataque Directo a Nuestras Libertades La extrema derecha no se conforme con debatir ideas; Quiere imponerlas a la fuerza. Sus prácticas no son solo discursos encendidos, son concretas que erosionan los cimientos de una sociedad libre acciones. ¿Cómo lo hacen? A través de la represión, la censura y la creación de un clima de miedo donde nadie se atreva a alzar la voz. Veamos cómo:
Silenciar a los que protestan: La extrema derecha ve las manifestaciones como una amenaza, no como un derecho. En Argentina, Milei y su gobierno han impulsado medidas para criminalizar la protesta, tildando a manifestantes de "vándalos" o "terroristas". Esto no es nuevo: en España, Vox ha propuesto multas y disoluciones de marchas pacíficas bajo excusas de "orden público". En Hungría, Viktor Orbán ha restringido dónde y cómo se puede protestar, haciendo casi imposible cualquier oposición pública. Esto no es defensor del orden; es sofocar la libertad de expresión y reunión. Controlar lo que se piensa y se enseña: La extrema derecha quiere una sola versión de la historia y los valores. En Argentina, Milei ha recortado fondos a universidades públicas y áreas culturales, como la Universidad Nacional de las Artes, porque son espacios donde se piensa diferente, se critica, se crea. En Brasil, Jair Bolsonaro intentó censurar libros y contenidos educativos que no encajaban con su visión conservadora. En Estados Unidos, el gobernador Ron DeSantis ha prohibido enseñar sobre racismo sistémico o diversidad en las escuelas. Esto no es proteger a los chicos; es adoctrinarlos en una sola forma de pensar, borrando la libertad de aprender y cuestionar. Atacar a la prensa libre: Los medios que critican a estos líderes son señalados como "enemigos" o "mentirosos". Milei los llama "la casta periodística" y los acusa de "propaganda del terror". Trump popularizó el término "noticias falsas" para desacreditar a cualquier periodista que lo cuestionara. Bolsonaro fomentó un ambiente donde los periodistas eran acosados y amenazados. Esto no es solo un ataque a la prensa; es un ataque a tu derecho a estar informado por fuentes independientes, no por voces del poder. El Escándalo del “Patrullaje en Redes” de Milei Lo más alarmante en Argentina es una práctica moderna y siniestra: el “patrullaje en redes” promovido por Milei y su equipo, como su operador en redes, Santiago Viola. Este “patrullaje” no es un juego: es una estrategia para que los seguidores del gobierno espíen, capturen y denuncien públicamente a cualquiera que critique, haga un meme o simplemente exprese una opinión distinta en plataformas como Twitter/X. Es una vigilancia orquestada desde el poder, pero ejecutada por ciudadanos convertidos en delatores.
¿Qué tiene de peligroso?Fomenta la delación ciudadana: Imaginate que tu vecino, tu compañero de trabajo o un desconocido te denuncia por un tuit. Esto recuerda a los peores momentos de regímenes autoritarios, donde la gente vivía con miedo de ser traicionada por sus propios pares. Crea un clima de terror digital: Si sabes que un comentario en redes puede hacer que te expongan públicamente, te insulten en masa o incluso te amenacen, ¿te animás a opinar? Esto es autocensura: te callás para evitar el acoso. Milei mismo participa en esto, compartiendo críticas o burlas a opositores, dando luz verde al linchamiento digital. Es persecución política disfrazada: No hace falta que el gobierno mande a la policía; sus seguidores hacen el trabajo sucio, señalando y atacando a cualquiera que se oponga. Esto no es libertad; es intimidación organizada. Alimenta el odio: Los usuarios señalados enfrentan una avalancha de insultos y amenazas de los “patrulleros” digitales. Esto no es debate; es violencia en las redes, impulsada desde el poder. Un peligro para todos.
Estas prácticas no son solo un problema para los que están en política; nos afecta a todos. Si no podés protestar sin que te tilden de delincuente, si no podés aprender una historia completa en la escuela, si no podés confiar en la prensa porque la demonizan, y si no podés escribir un tuit sin miedo a que te “patrullen”, entonces no sos libre. La extrema derecha no solo quiere gobernar; Quiere controlar cómo pensás, cómo hablás y cómo vivís.
El “patrullaje en redes” de Milei es un ejemplo descubierto de este control. Es un intento de convertir a los ciudadanos en espías del gobierno, vigilando y castigando a sus propios vecinos por pensar diferente. Esto no es defensor de la libertad, como dice Milei; es construir una sociedad donde el miedo reemplaza al debate, donde disentir es un riesgo y donde la democracia se convierte en una cáscara vacía.
Un llamado a la acción No podemos quedarnos de brazos cruzados. La democracia no es solo votar cada cuatro años; es pelear todos los días por nuestro derecho a hablar, a protestar, a aprender ya informarnos sin miedo. La extrema derecha, con sus tácticas de represión y vigilancia, apuesta a que nos cansemos, a que nos callemos, a que tengamos miedo. Pero no podemos dejar que ganen. Hay que denunciar estas prácticas, apoyar a los medios independientes, defender la educación pública y, sobre todo, seguir hablando, escribiendo y protestando. Cada voz que se levanta es un golpe contra el miedo que quieren imponer.
No se trata de izquierda o derecha; se trata de defender lo que nos hace humanos: la libertad de pensar y expresarnos. Si dejamos que la extrema derecha, con Milei a la cabeza, normalice la vigilancia, la censura y el acoso, estaremos entregando nuestra democracia en bandeja. No permitamos que el miedo nos gane. ¡Levantemos la voz, ahora!
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