EL OCASO DE LAS IDEOLOGÍAS: CUANDO EL PODER ES UN FIN EN SÍ MISMO
La democracia, en teoría, es el gobierno del pueblo. Pero en la práctica, en nuestra provincia y mas concretamente en San Pedro, se ha convertido en el teatro de una clase política profesionalizada, más preocupada por perpetuarse en el poder que por servir a quienes dicen representar. Las ideologías han muerto, no por evolución social, sino por la mezquindad de quienes las instrumentalizan. Hoy, los partidos son meros logos intercambiables. Las promesas, discursos vacíos, y los principios, moneda de cambio para sostener privilegios.
La
política se
ha convertido lamentablemente en un modo de vida para muchos.
No
importa si se viste de izquierda o de derecha: el objetivo es el
mismo. Mantener el estatus, blindar prebendas y asegurar que la
estructura de poder —hermanos, primos, sobrinos, y
hasta amantes—
siga intacta. Son profesionales del cargo, vividores de lo público,
expertos en reinventarse para seguir mamando de las arcas
municipales. ¿Qué queda de la ética? ¿Dónde está el servicio a
la comunidad? La respuesta es clara: enterrada bajo capas de cinismo
y ambición.
Y
es que hasta ahora seguimos empecinados en alimentar
experimentos fallidos
Los
resultados están a la vista. Gobiernos incompetentes, gestiones
opacas, obras inconclusas, las
calles y veredas, durante años y años son un verdadero desastre, al
igual que los servicios de salud, la limpieza, la seguridad…
una desconexión absoluta de las necesidades reales de la gente.
Mientras los políticos de carrera se aplauden entre sí, cambian
de siglas o de partidos según se necesite en cada momento, con la
sola intención de mantener abierta y disponible la jugosa teta del
estado.
los sampedreños sufren calles rotas, servicios deficientes y la
sensación de que nadie los escucha. ¿Cuánto más hay que tolerar?
No
llega el momento ya de tomar una decisión en serio, consciente,
pensando no solo en nuestro propio futuro sino el de nuestra propia
descendencia?
Porque la política profesional se ha convertido en un negocio de supervivencia, donde los principios son rehenes de la ambición y las promesas se esfuman tan pronto como se alcanza el cargo. Frente a esta decadencia, solo hay una salida: confiar en quienes llevan años demostrando, con hechos y sin aspavientos, que su compromiso con San Pedro es real, auténtico y desinteresado. Que su accionar no se trata de embaucar con discursos. No se trata de campañas relámpago donde, de pronto, todos “se preocupan” por los problemas que han ignorado por años. Se trata de vidas enteras dedicadas a servir, sin necesidad de un cargo público para hacerlo. Personas que no necesitaron de un micrófono para escuchar, ni de una planilla electoral para tender una mano. Que en definitiva son personas que deciden comprometerse para acceder a las herramientas publicas para mejorar el trabajo
Es
por eso que creemos que ha llegado la
hora de la gente honesta. La
hora de pensar en personas que nos hayan demostrado de
manera clara su compromiso.
Llega
el momento de romper el ciclo. De apostar por ciudadanos sin pedigrí
político, pero con un historial de compromiso auténtico. Personas
como Marcelo
Pastore y Juanita
Leiva,
que no necesitaron de campañas para demostrar solidaridad. Su
trabajo callado, lejos de micrófonos y fotos oportunistas, habla por
sí solo. Ahora, dan el paso para multiplicar su impacto, usando las
herramientas del municipio con transparencia y cercanía.
Marcelo Pastore y Juanita Leiva son el ejemplo vivo de esto. No son improvisados. No son oportunistas que aparecen cada cuatro años con sonrisas forzadas y promesas vacías. Son vecinos que, durante años, han estado ahí: en los barrios, en las escuelas, en las calles, trabajando en silencio por los demás. Han demostrado lo que otros solo saben prometer.
¿Por qué seguir confiando en quienes solo ven en la política un trampolín para su beneficio? ¿Por qué arriesgarnos otra vez con caras nuevas que, detrás de su retórica, esconden los mismos vicios de siempre? La verdadera garantía no está en los slogans, sino en la trayectoria. En esos hombres y mujeres que no necesitan fingir empatía porque llevan décadas viviéndola.
El 11 de mayo no es solo una elección. Es una oportunidad para devolverle a San Pedro la política que merece: honesta, cercana y trabajadora. No más experimentos con desconocidos que solo llegan por ocupar un numero en las listas partidarias. No más apuestas a dudosos salvadores. Es la hora de los que ya han demostrado su eficiencia.
El voto consciente no premia promesas: premia hechos. Y los hechos, como los de Marcelo y Juanita, no se negocian.
El
11 de mayo, es
una
oportunidad histórica
San
Pedro no aguanta más promesas falsas. Necesitamos gestores, no
charlatanes; voces honestas, no ecos de la partidocracia. La
conciencia ciudadana debe imponerse: votar no por siglas, sino por
trayectorias. Porque la verdadera democracia no se construye con
cambalaches de poder, sino con gente que sirve sin servirse.
¡Despertemos! El futuro no puede ser más de lo mismo. Tu voto es tu voz, y el silencio solo beneficia a los mismos de siempre. Este 11 de mayo, no te quedes en casa: sal, vota y exige un futuro digno. ¡La esperanza no se pide, se construye con las urnas!
O cambiamos las cosas hoy, o mañana será otra ocasión perdida. ¡El poder es tuyo, úsalo!
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