martes, 3 de junio de 2025

“Volver a mirarnos a los ojos”

 

“Volver a mirarnos a los ojos”

San Pedro de Jujuy siempre fue una ciudad de encuentros. De plazas llenas, saludos con nombre propio, domingos con familia y vecinos. Pero algo ha cambiado en los últimos años. Quizás sea el ritmo del trabajo, la costumbre de encerrarnos apenas cae el sol, o el avance de la tecnología que nos conecta a lo lejano, pero nos aísla de lo cercano. Lo cierto es que cada vez nos hablamos menos, nos miramos menos, y en esa distancia, también nos perdemos un poco.

En muchas calles, el saludo de “buen día” empieza a escasear. Las veredas se vacían, las ferias ya no son punto de encuentro, y los clubes de barrio ven pasar menos gente. En silencio, se nos va apagando una parte vital de la vida: las relaciones humanas.

¿Y por qué es tan importante hablar de esto?

Porque los vínculos no son un lujo. Son una necesidad. Como el agua o el pan. Somos seres sociales por naturaleza. No vinimos al mundo para andar solos, sino para compartir, para reír juntos, para sostenernos cuando las cosas no andan bien. Y cuando se pierde eso, algo se resquebraja adentro.

Las relaciones interpersonales son mucho más que un rato de charla. Son redes invisibles que nos sostienen. Una visita inesperada puede cambiarle el día a alguien. Una ronda de mate compartida puede ser la diferencia entre sentirse acompañado o hundido en la soledad. Un saludo sincero puede ser el primer paso hacia un vínculo que dure años.

Y lo mejor de todo es que reconstruir esos lazos no requiere grandes gestos. Basta con lo simple, con lo cotidiano. Invitar a ese vecino al que hace mucho no le hablamos. Sumarnos a alguna actividad comunitaria. Retomar los almuerzos de domingo con los tíos. O simplemente sentarse un rato en la vereda y mirar a quien pasa. San Pedro aún guarda esos códigos. Solo hay que sacarlos del olvido.

Muchos adultos mayores, por ejemplo, pasan días enteros sin hablar con nadie. Y no es porque no tengan nada para decir. Es porque nadie se acerca. Los jóvenes, muchas veces, buscan fuera lo que podrían encontrar aquí: conexión, pertenencia, reconocimiento. Pero si no creamos espacios para el encuentro, si no tendemos puentes, el silencio se impone. Y en el silencio, florece la tristeza.

Las plazas pueden volver a ser puntos de reunión. Los clubes, motores de comunidad. Las ferias, más que un lugar de compra: un punto de charla, de encuentro. Depende de todos nosotros.

Claro que cuesta. Después de años de individualismo, volver a mirar al otro a los ojos puede incomodar. Pero también puede sanar. Porque cuando nos encontramos, nos reconocemos. Nos damos cuenta de que no estamos solos. Que hay alguien del otro lado que también tiene miedo, que también busca una palabra amable.

Y vos que estás leyendo esto, quizás te estés preguntando: ¿qué puedo hacer yo?

Podés empezar por algo pequeño. Mandar un mensaje a alguien con quien hace mucho no hablás. Invitar a un familiar a caminar. Pasar por el club del barrio y preguntar si necesitan una mano. Saludar al almacenero con nombre y preguntar cómo anda. O simplemente mirar a los ojos y sonreír. A veces, eso es todo lo que se necesita.

Volver a construir comunidad no es tarea de los gobiernos ni de las instituciones solamente. Es una tarea nuestra. De cada vecino, de cada familia. Y empieza en lo simple.

Porque cuando las personas se encuentran, nacen historias. Y cuando nacen historias, nace comunidad. Y una comunidad viva es una comunidad más feliz, más segura, más humana.

San Pedro de Jujuy tiene esa calidez en su gente. Ese potencial dormido que está esperando activarse. Solo hace falta dar el primer paso.

No esperemos a que otro lo haga. Empecemos hoy. Con una charla. Con un gesto. Con una mirada.

Porque mientras más nos acerquemos, menos espacio queda para la soledad.
Y mientras más nos encontremos, más fuerte será nuestro pueblo.


Frase final movilizadora:
“Volver a mirarnos a los ojos es el primer paso para volver a sentirnos comunidad.”

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