lunes, 11 de agosto de 2025

Y Qué es el Peronismo ?

El peronismo es un movimiento político argentino, complejo y multifacético, que surge en la década de 1940 alrededor de la figura de Juan Domingo Perón.

Definirlo es un desafío porque no es solo una ideología, sino también una práctica política, un fenómeno cultural y una identidad histórica que ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a distintos contextos. Intentaré explicarlo de manera clara, estructurada y profunda, abordando sus orígenes, características, contradicciones y su impacto.
1. Orígenes históricos
El peronismo nace en Argentina durante un período de crisis económica y social, tras la década de 1930, conocida como la "Década Infame", marcada por gobiernos conservadores, fraude electoral y desigualdad social. Juan Perón, un militar que ascendió al poder como secretario de Trabajo y Previsión (1943-1945) y luego como presidente (1946-1955), capitalizó el descontento de las clases trabajadoras y sectores marginados.
Contexto: La industrialización en Argentina generó un proletariado urbano que demandaba derechos laborales. Al mismo tiempo, las élites tradicionales y los partidos políticos de la época (como la Unión Cívica Radical o los conservadores) no lograban representar a estas masas.
Rol de Perón: Perón, con su carisma y pragmatismo, promovió políticas laborales como el salario mínimo, vacaciones pagas, aguinaldo y sindicatos fuertes. Esto le ganó el apoyo de los trabajadores, a quienes llamó "los descamisados".
Evita: Eva Perón, su esposa, jugó un papel clave al conectar emocionalmente con las masas, promoviendo la justicia social y la inclusión de los sectores populares, especialmente mujeres y pobres.
2. ¿Qué es el peronismo?
El peronismo puede entenderse desde varios ángulos:
a. Como ideología
El peronismo no encaja fácilmente en las categorías tradicionales de izquierda o derecha. Perón lo definió como una "tercera posición", una alternativa al capitalismo liberal y al comunismo soviético. Sus principios básicos, según la doctrina peronista, son:
Justicia social: Priorizar el bienestar de los trabajadores y los sectores populares mediante redistribución de la riqueza.
Soberanía nacional: Promover la independencia económica y política frente a potencias extranjeras.
Independencia económica: Fomentar la industrialización y el mercado interno para reducir la dependencia de exportaciones primarias.
Sin embargo, el peronismo es más pragmático que dogmático. Ha adoptado posturas contradictorias según el contexto: fue progresista en los años 40-50, conservador en los 70 en algunos aspectos, y neoliberal en los 90 bajo Carlos Menem.
b. Como movimiento político
El peronismo es un movimiento amplio que incluye diversas corrientes internas, desde sectores de izquierda (como la Juventud Peronista o el kirchnerismo) hasta sectores de derecha (como el peronismo ortodoxo o el menemismo). Esta heterogeneidad lo hace adaptable, pero también fuente de conflictos internos.
Partido Justicialista (PJ): Es el brazo político formal del peronismo, fundado por Perón. Sin embargo, el peronismo trasciende al PJ, ya que muchos peronistas no están afiliados al partido, pero se identifican con sus valores o liderazgos.
Liderazgo carismático: El peronismo se basa en líderes fuertes (Perón, Evita, Néstor y Cristina Kirchner, entre otros) que encarnan la conexión directa con "el pueblo".
c. Como fenómeno cultural
El peronismo es también una identidad cultural y emocional. Ha moldeado la manera en que millones de argentinos se ven a sí mismos, especialmente los sectores populares. Sus símbolos (la marcha peronista, el escudo del PJ, la figura de Evita) y su narrativa de redención social resuenan profundamente.
Lealtad emocional: Muchos peronistas no adhieren por razones ideológicas estrictas, sino por una conexión afectiva con la idea de un país más justo, asociada a Perón y Evita.
Mística: La figura de Evita, mitificada tras su muerte en 1952, y la narrativa de Perón como "conductor" del pueblo refuerzan esta dimensión cultural.
3. Contradicciones y evolución
El peronismo es conocido por su capacidad de adaptación, pero también por sus contradicciones:
Izquierda y derecha: En los 70, el peronismo abarcó desde guerrillas de izquierda (Montoneros) hasta grupos de derecha (Triple A). Esta polarización interna llevó a enfrentamientos violentos.
Menemismo (1989-1999): Carlos Menem implementó políticas neoliberales (privatizaciones, apertura económica) que parecían contradecir la justicia social peronista, pero mantuvo el apoyo de sectores peronistas por su carisma y pragmatismo.
Kirchnerismo (2003-2015): Néstor y Cristina Kirchner revitalizaron el peronismo con un enfoque progresista, centrado en derechos humanos, redistribución y políticas sociales, pero también generaron polarización con sectores conservadores y antiperonistas.
4. Impacto y relevancia actual
El peronismo ha gobernado Argentina durante gran parte de su historia democrática desde 1946, incluyendo los gobiernos de Perón, Isabel Perón, Menem, Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández (2019-2023). Incluso en la oposición, sigue siendo una fuerza dominante.
Polarización: El peronismo genera amores y odios. Para sus seguidores, representa la defensa de los humildes; para sus críticos, es sinónimo de populismo, clientelismo y autoritarismo.
Adaptabilidad: Su capacidad para reinventarse le ha permitido sobrevivir crisis, dictaduras y cambios globales. En 2025, bajo un contexto de desafíos económicos y políticos, el peronismo sigue siendo un actor central, aunque fragmentado entre distintas facciones.
5. Respuesta a la dificultad de la pregunta
Definir el peronismo es difícil porque no es una ideología rígida, sino un fenómeno vivo, contradictorio y profundamente arraigado en la historia y la identidad argentina. Es a la vez un proyecto político, una red de lealtades, un conjunto de políticas y un símbolo de lucha por la justicia social. Como dijo el historiador Juan José Sebreli, "el peronismo es todo y no es nada", dependiendo de quién lo interprete y en qué momento

jueves, 24 de julio de 2025

Entrevistas Imposibles. Hoy CFK

Entrevista imposible a Cristina Fernández de Kirchner.


Preguntas picantes y respuestas absurdas para sacarte una sonrisa. Todo en clave de humor, con un toque de exageración y sin ninguna pretensión de reflejar la realidad.

Vamos con 12 preguntas comprometidas, imaginando a Cristina en su mejor estilo teatral, respondiendo con un giro cómico.

Entrevistador: ¡Cristina, qué alegría tenerte en este plató imaginario! Vamos directo al grano. Se dice que tus amigos más cercanos tienen un talento especial para hacer desaparecer fondos públicos. ¿Cómo logran esa magia?

Cristina: (risas, ajustándose los anteojos) Mirá, querido, no es magia, es logística avanzada. Mis amigos son como Houdini, pero en lugar de esposas, escapan con valijas. Todo se guarda en un lugar seguro: el Banco de Narnia. ¿Querés la dirección? ¡Solo los leones saben llegar.

Entrevistador: Hablando de valijas, el caso de Antonini Wilson fue un escándalo. ¿Qué había realmente en esas maletas? ¿Dólares, caramelos, o algo más exótico?

Cristina: (con gesto dramático) ¡Por favor! Eran souvenirs para los pingüinos de Santa Cruz. Cada billete tenía un sticker de "Patagonia querida". Pero, viste, los yanquis no entendieron el chiste y lo tomaron a mal. ¡Gringos sin sentido del humor!

Entrevistador: Tu amigo Lázaro Báez se hizo famoso por contar billetes en una cueva. ¿Era un hobby o una nueva forma de meditación?


Cristina: (sonriendo pícaramente) Lázaro es un visionario. Contar billetes es su yoga. Decía que alinear los fajos en la cueva le daba paz interior. ¡Y de paso, ayudaba a la economía local comprando bóvedas reforzadas! Un emprendedor nato.

Entrevistador: José López y sus bolsos en el convento fueron épicos. ¿Por qué eligió un convento para guardar tanto dinero? ¿Era devoto o solo le gustaban las monjitas?

Cristina: (soltando una carcajada) José es un romántico. Quería donar todo a las monjitas para que rezaran por el país, pero se equivocó de bolso. En vez de rosarios, llevó dólares. ¡Un malentendido logístico! Ahora reza en una celda, más tranquilo.

Entrevistador: Dicen que la obra pública en Santa Cruz era como un Monopoly para tus amigos. ¿Cómo decidían quién se quedaba con los contratos?

Cristina: (con tono épico) Era un torneo de truco en la Casa Rosada. El que mejor mentía al cantar el envido, ganaba una ruta. Pero ojo, todo legal, con escribano y mate de por medio. ¡Pura meritocracia criolla!

Entrevistador: El caso de los hoteles de tu familia también dio que hablar. ¿Eran hoteles de lujo o bóvedas disfrazadas de cabañas?

Cristina: (indignada, pero con guiño) ¡Hoteles cinco estrellas! Cada habitación tenía un cofre de seguridad tamaño industrial, para que los turistas guarden sus… recuerdos. ¡El Calafate es el Dubai del sur, no jodamos!

Entrevistador: Amado Boudou y la imprenta de billetes de Ciccone. ¿Fue un emprendimiento para imprimir dinero falso o solo querían hacer souvenirs patrióticos?

Cristina: (con cara de no creerlo) Amado es un artista. Quería imprimir billetes con mi cara, como edición limitada. Pero la máquina se descontroló y salieron algunos de más. ¡Cosas que pasan en el mundo del diseño gráfico!

Entrevistador: Los cuadernos de las coimas fueron una novela. ¿Oscar Centeno era un chofer meticuloso o un escritor frustrado?

Cristina: (aplaudiendo) ¡Un poeta! Centeno escribía sus memorias, pero en lugar de flores y amores, anotaba bolsos y direcciones. ¡El Borges de los remise! Su cuaderno merece un Premio Nobel de logística.

Entrevistador: Se dice que tus amigos tenían una red de empresas fantasma. ¿Eran para evadir impuestos o para jugar al SimCity en la vida real?

Cristina: (con tono sarcástico) Era un experimento social. Queríamos ver cuántas empresas se podían crear sin que nadie se diera cuenta. ¡Ganamos el récord Guinness! Pero todo era para fomentar el empleo… de contadores creativos.

Entrevistador: El caso de la Ruta del Dinero K sigue dando vueltas. ¿Ese dinero viajaba en avión privado o en mochilas de mochileros?

Cristina: (con aire misterioso) En drones. Teníamos una flota de drones disfrazados de cóndores andinos. Volaban de noche, con GPS programado para evitar la AFIP. ¡Tecnología de punta, made in Patagonia!

Entrevistador: Muchos de tus aliados terminaron presos o complicados. ¿Te sentís como la reina de un tablero de ajedrez donde todos los peones caen?

Cristina: (con gesto de diva) Soy una estratega, no una reina. Mis peones no caen, hacen turismo judicial. Van a Comodoro Py, toman un café, y vuelven con anécdotas. ¡Es parte del folklore argentino!

Entrevistador: Última pregunta, Cristina. Si tuvieras que escribir un libro sobre esta época, ¿cómo lo titularías?

Cristina: (con una sonrisa triunfal) “Bolsos y pasiones: una epopeya en doce cuotas”. Best-seller asegurado, con dedicatoria a los que todavía buscan las valijas. ¡Que sigan buscando!


miércoles, 16 de julio de 2025

Y si le ponemos punto y final al relato

Y si le ponemos punto y final al relato?


El relato kirchnerista se desmorona como un castillo de naipes bajo el peso de la verdad. Las notas y datos publicados y conocidos durante años sobre los negocios turbios entre Cristina Kirchner y Lázaro Báez, su ex jardinero convertido en magnate gracias a los gobiernos de ella y Néstor, expone una maquinaria de corrupción realmente descarada. La causa Vialidad, que la condenó a seis años de prisión domiciliaria e inhabilitación perpetua, no es un invento de enemigos políticos, ya no se mantiene que decenas de jueces, empresarios, medios de comunicación y hasta la corte se hayan puesto de acuerdo durante tantos años para joderla: es un rompecabezas de pruebas irrefutables. Licitaciones amañadas, sobreprecios grotescos, obras fantasmas adjudicadas a Báez y un daño al Estado de 684 mil millones de pesos, confirmados por jueces, fiscales y peritos tras años de investigación. Revoleo de bolsos con millones de dólares, propiedades descomunales, enriquecimiento sistemático con aumentos siderales en las declaraciones anuales… La Corte Suprema que dio el visto bueno a la sentencia. El requerimiento ahora de devolver cientos de miles de millones… ¿Dónde está el complot?

El verso del “lawfare” es una cortina de humo para tapar lo evidente? De verdad Cristina siendo abogada y con los mejores abogados del País permitiría semejante atropello? Se va a la cárcel tranquilamente y devuelve millones así no más? De verdad se puede creer? ¿En serio alguien cree que un ejército de empresarios, medios y jueces, incluyendo al máximo tribunal, podría orquestar una farsa tan perfecta sin que se filtre una sola grieta? Una situación así se resolvería con un golpe de estado. Estaría justificado si se diera tamaña injusticia y hasta todos estaríamos de acuerdo seguro.

Pero es absurdo. Cristina no necesita que ciudadanos de a pie la defendamos. Su fortuna, su titulo de abogada y los mejores abogados, así como todo el inmenso aparato del justicialismo no lo han podido hacer. Defenderla a esta altura no es lealtad, es negación patológica. La justicia, lenta pero implacable, ha hablado: Cristina es culpable porque las pruebas son abrumadoras. Dato mata relato.

Por salud democrática, Argentina debe cortar de raíz esta farsa. Los delincuentes, por más poderosos que sean, deben pagar. Seguir alimentando la victimización kirchnerista es un insulto a la inteligencia colectiva y un veneno para las instituciones. Si sus defensores realmente creyeran en un complot tan colosal, ya habrían intentado un golpe de Estado. Pero no lo hacen, porque saben que la verdad los aplasta. Basta de excusas. Es hora de que los corruptos rindan cuentas, como en cualquier país serio. La impunidad no puede seguir siendo la moneda corriente. Por la salud mental de una sociedad agotada de mentiras, y por la democracia que merece transparencia, hay que decirlo claro: Cristina y su banda son culpables. Lamento herir a personas que admiro y respeto y se me van a ofender, Pero por salud mental y democrática hay que aceptar que no podemos tapar el sol con las manos, y menos con los dedos separados. Punto final.





lunes, 14 de julio de 2025

La Argentina desigual

Que si jujeño, que sos ciudadano de segunda.


¡Che, la bronca que da ver la diferencia entre los sueldos y el pago de servicios entre Jujuy y el AMBA. Es tremenda! Parece que vivimos en dos Argentinas distintas, y los porteños y bonaerenses del conurbano tienen un pase VIP que el resto ni olemos. Y no es solo una sensación, ¡es la dura realidad en la billetera de cada uno!

Arranquemos por el transporte público, que es un calvario para los jujeños. Acá, el bondi te sale un huevo, mientras que en el AMBA, con la bendita SUBE, viajan por chirolas. Es una locura: ellos pagan una fracción de lo que pagamos nosotros para ir a trabajar o a estudiar. En San Pedro ni te cuento. Recién el Payaso se dio cuenta de que en las ciudades de todo el mundo funciona un servicio de colectivos y al parecer hasta podría darse el caso de que finalmente lo implemente. Falta que alguien le diga que los impuestos que cobra, incluyendo el increíble robo de monedas por cada litro de combustible gastado, se usa para mantener las calles mínimamente transitables, por fa, que alguien le avise. De momento el Sampedreño se conforma con compartir los apretujones en un autito. Total son un par de kilómetros solamente. Pero la conch… lo pagamos el doble que el porteño que recorre 27 kilómetros.


¿Por qué esa desigualdad? ¿Acaso nuestro tiempo y nuestro laburo valen menos? ¡Parece que sí! El subsidio al transporte es una sangría para el bolsillo de todos los argentinos, pero el goteo principal se va para la Capital y alrededores. Es como si el Estado dijera: "Priorizemos que los de Buenos Aires lleguen cómodos a la oficina, es la gran pecera donde pescar votos; el resto no pinta nada, ¡que se arregle!".

Y ni hablemos de los sueldos. Un laburante en Jujuy, en general, cobra bastante menos que uno que hace lo mismo en el AMBA. Pensemos en un empleado de comercio, un administrativo, ¡o hasta un docente! La diferencia es abismal. Entonces, si nuestros sueldos son más bajos y los servicios más caros, ¿cómo hacemos para llegar a fin de mes? La respuesta es que nuestros políticos son acomodados al poder central y a sus intereses y por eso no llegamos a fin de mes, o lo hacemos con el agua al cuello.

Esta disparidad no es casualidad, es una decisión política. El AMBA, con su densidad de población, concentra la mayor parte de los votos. Entonces, los gobiernos, sin importar el color político, le tiran plata y beneficios para asegurarse la elección. Es un cálculo frío y egoísta que ignora las necesidades del resto del país.

¿El resultado? Una Argentina desigual, donde el centro se lleva la mejor parte y las provincias nos sentimos ciudadanos de segunda, que no movemos el amperímetro en una elección. Por eso es hora de levantar la voz y exigir un trato justo. No somos ciudadanos de segunda, y merecemos los mismos derechos y oportunidades, sin importar dónde hayamos nacido o vivamos. Somos ciudadanos argentinos con igualdad de derechos. ¡Basta de centralismo porteño!


sábado, 5 de julio de 2025

La ruleta rusa Argentina

Argentina, la patria del boomerang político, donde tiramos el palo, nos pega en la frente y pedimos otro round! 

El editorial es un espejo de nuestro circo nacional, donde el pueblo juega a la ruleta rusa con una pistola que siempre está cargada. Vamos a meterle más humor a este drama criollo, pero sin sacarle el filo crítico, y con un guiño a otras fuentes para ver cómo nos encanta tropezar con la misma piedra, silbando chamamé. .

El texto dice que el 55-58% cree que CFK es más culpable que el choripán en la dieta, pero el 46.5% desconfía de los jueces que la condenaron. ¿Y qué hacemos? Seguimos aplaudiendo a nuestro equipo como si fuera un Boca-River eterno. La "grieta" no es política, es un culebrón: el 88% de los mileístas festeja la condena como si fuera gol de Di María, mientras el 75% de los peronistas llora "persecución" como si CFK fuera Evita en una remake de Netflix. Según un estudio de la UBA (2023), el 62% vota por amor ciego, no por propuestas. Es como elegir novio en Tinder: puro sentimiento, cero cabeza.Y hablando de masoquismo, ¡somos campeones mundiales! Condenamos a CFK en las encuestas, pero su 39.8% de fans (Trespuntozero) la votaría aunque robe el Obelisco. El peronismo se pone la capa de víctima, y nosotros, como en un tango de Discépolo, les compramos el drama. Mientras, los anti-K celebran, pero no ven que Milei les mete la mano en el bolsillo más rápido que un carterista en el subte. ¿Y la Ley de Ficha Limpia? La pateamos como si fuera penal contra Brasil.


En X, alguien lo clavó: "Argentina es un país que condena a sus líderes, pero los invita al asado en la próxima elección. Somos el meme del ‘vuelve, perrito, te perdono’".Si miramos otras fuentes, la cosa es para reír (o llorar). Poliarquía (2024) dice que el 70% de los argentinos cree que el país es un loop de Netflix que repite la misma temporada: inflación, pobreza, inseguridad, ¡y acción! Pero, ¿qué hacemos? Votamos al que grita más fuerte o al que nos promete el asado que nunca llega. Latinobarómetro (2024) agrega que solo el 22% confía en el Poder Judicial y el 18% en el Congreso. Es como confiar en que el bondi llegue a horario un lunes de lluvia. Y, sin embargo, seguimos subiendo al mismo colectivo destartalado.En fin, Argentina no está condenada por CFK, Milei ni el peronismo. Nos condenamos nosotros, con nuestra adicción al culebrón, nuestra manía de empezar de cero como si fuera un partido nuevo, y nuestra habilidad para bailar tango en un barco que se hunde. Como dijo un tuitero genio: "Somos el país que inventó el ‘borrón y cuenta nueva’, pero escribe la historia con crayón". Y así, en esta ruleta rusa criolla, seguimos apretando el gatillo, esperando que la próxima bala traiga milanesas para todos. ¡Salud, y a seguir girando la ruedita!

martes, 1 de julio de 2025

EL ODIO NO CONSTRUYE DEMOCRACIA

“Los mensajes de odio degradan deliberadamente la democracia”

En Argentina, como en muchos otros países, la cultura del odio está calando hondo en la vida pública. No es un accidente: es una estrategia consciente de quienes aspiran al poder absoluto. El insulto, la descalificación, la demonización del otro no son simples excesos verbales, sino herramientas políticas para degradar la democracia, fracturar la convivencia social y acumular poder sin límites.

Cómo líderes como Javier Milei lanzan campañas plagadas de agresiones verbales, no solo contra oponentes políticos como Axel Kicillof, sino contra cualquier voz crítica. Esta forma de comunicación —basada en el insulto permanente— convierte el debate público en un campo de batalla emocional. No hay argumentos, solo gritos. No hay adversarios, solo enemigos. En ese clima, las instituciones democráticas se debilitan, y la ciudadanía, cansada y frustrada, se vuelve cómplice pasiva de su propio empobrecimiento cívico.

Esta estrategia encuentra respaldo social. El odio se legitima en las urnas y en las encuestas. Es cómodo odiar cuando se ofrece como solución fácil a problemas complejos. Se instala un pensamiento binario: nosotros o ellos, pueblo o antipueblo, buenos o casta. La realidad se reduce a eslóganes, y el que piensa distinto pasa a ser un traidor.

Las redes sociales agravan el problema. Actúan como cajas de resonancia del odio: algoritmos que solo nos muestran lo que confirma nuestros prejuicios, creando un mundo a medida de nuestras emociones. En ese ecosistema, la verdad pierde valor. Importa más el relato que construye identidad, no el hecho que informa.

El periodismo también es víctima y a veces cómplice. A los periodistas se los ataca sistemáticamente si son independientes. Se los señala, se los escupe, se los odia. Al mismo tiempo, surgen medios de comunicación convertidos en aparatos de propaganda, que refuerzan la narrativa de una facción y alimentan el tribalismo político. El periodismo que claudica deja de cumplir su rol democrático, y sin prensa libre, la democracia se ahoga.

Esta degradación no es casual, es funcional. La crispación perpetua favorece a los autoritarios, que necesitan enemigos para justificar su avance sobre la república. Porque quien quiere imponer una verdad única, necesita primero callar todas las otras.

Por eso, es urgente denunciar y frenar esta cultura del odio. No se trata de defender a tal o cual político, sino de defender nuestra convivencia, nuestra democracia, nuestra dignidad como sociedad. Porque el odio no es una forma de hacer política. Es una forma de destruirla.

lunes, 30 de junio de 2025

Bravo y Morales "pisaron el palito"

 Bravo y Morales "pisaron el palito"


y continúan impunemente con sus fechorias. Ahora usan a los chicos en los colegios como escenario político para su campaña.

El colmo de la impunidad que no debemos permitir.
Una vez más, los poderosos de turno creen que pueden hacer lo que les venga en gana con total impunidad. Gerardo Morales, exgobernador que dejó una provincia sumida en deudas, represión y negocios turbios, ahora opera desde las sombras, utilizando a figuras locales como el intendente de San Pedro, Julio Bravo para su lavado de imagen. Ambos siguen jugando al clientelismo como si la provincia fuera suya. Se reparten cargos, subsidios y favores como si fuesen caramelos, mientras el pueblo cada vez tiene menos.
Pero lo de ahora ya es demasiado. La última publicación de Radio La Roca FM 100.9 muestra una noticia que a todos nos tiene que indignar. Muestra a estos impresentables metiéndose en escuelas en horario escolar a fotografiarse con niños y niñas de escuelas publicas, haciéndoles participar junto a funcionarios en plena campaña. ¿Qué clase de política usa a chicos y chicas como escenografía? ¿Qué tipo de adultos se sacan fotos con criaturas para lavar su imagen de corrupción, abandono y nepotismo?
Julio Bravo
Esto no es inocente. Es propaganda disfrazada de acto institucional. Usan a los chicos porque ya no pueden mostrar logros reales, porque no hay gestión, no hay obras, no hay transparencia. Solo marketing político de baja calaña. ¿Y los padres? ¿Y los docentes? ¿Quién autoriza esta exposición en horario escolar sin tener nada que ver con la docencia? ¿Por qué el alumnado tiene que soportar está injerencia de prepo? ¿Qué dice la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes? Silencio. Porque todo está atado con favores y miedos.

La política no debería meterse con la infancia. No se puede permitir que un cargo público se use para mostrarse con chicos mientras se perpetúa la pobreza, la precariedad educativa y el abandono de los barrios. Esto no es una crítica aislada. Es un rechazo absoluto a esta forma de utilizar el podere. San Pedro de Jujuy y la Provincia necesitan otra cosa; otros comportamientos de su clase dirigente: mas escuelas, mas respeto por ella y por sus alumnos y alumnas, mas respeto por la gente en general y mas honestidad. No mas fotos con sonrisas forzadas mientras detras solo dejan miseria.
Mensaje claro y contundente para Morales y para Don Julio Bravo: Con los chicos NO.

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