El círculo vicioso de la deuda que hipoteca nuestro futuro.
Una vez más, el ministro Caputo extiende la mano para pedir deuda. Otros 2.000 millones de dólares a la cuenta de todos los argentinos. La cifra ya suena a disco rayado: Pidió una abultada cantidad con Macri -le costó su presidencia- la negoció con el FMI y fue duramente criticado; la buscó en los bancos privados... y hoy repite el libreto. Volvió al FMI, volvió a los bancos... Mientras tanto, el Presidente que antes denunciaba con furia el endeudamiento ahora guarda silencio cómplice. ¿Dónde quedó aquel Milei que prometía "quemar el banco central" y acabar con la "casta de la deuda"?
Estamos ante un endeudador serial con aval presidencial.
Cada préstamo se vende como "la última vez", como un "mal necesario" para apagar incendios heredados. Pero la historia se repite: los acreedores exigen ajustes, el ajuste frena la economía, la economía estancada pide más deuda... y así hasta el próximo préstamo. Es una ruleta rusa financiera donde las balas las reciben los jubilados, los trabajadores y los pequeños comercios.
La gran contradicción:
El mismo gobierno que estigmatizó el "asistencialismo" de los pobres hoy practica el asistencialismo financiero para bancos y fondos buitre. Mientras a la gente se le exige "sacrificio", a los especuladores se les paga con sobre-tasas. Y el cuento del "derrame" nunca llega: la inflación no cede, los salarios se hunden y las empresas cierran.
Lo más grave:
Esta deuda no es abstracta. La pagarán nuestros hijos y nietos con:
- Recortes en salud y educación por décadas.
- Presión fiscal asfixiante para cumplir plazos.
- Crisis recurrentes cada vez que los mercados pongan un freno.
Señor Ministro: Argentina no necesita otro salvavidas de plomo. Necesita un plan creíble que no dependa de refinanciar eternamente la deuda con más deuda. ¿Dónde está la reforma tributaria que alivie a las pymes? ¿Dónde la inversión en energía e industria para generar dólares genuinos? ?Dónde la reforma jubilatoria?¿Dónde el recorte real del gasto político que no toque hospitales?
Ciudadanos: Esto no es "técnica económica". Es la hipoteca de nuestro futuro. Exijamos cuentas claras: ¿A qué se destinará esta vez el dinero? ¿Qué condiciones ocultas trae? ¿Quién pagará los platos rotos cuando llegue la próxima corrida cambiaria?
Basta de cicatrizar hemorragias con curitas prestadas. Si este gobierno realmente cree en la libertad, que empiece por liberar a las futuras generaciones de esta cadena perpetua de deuda.
¿Hasta cuándo permitiremos que la política financiera sea una máquina de repetir errores? La dignidad de un país se mide por lo que construye, no por lo que debe.
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