martes, 22 de abril de 2025

Las Plantitas de Morales

 

La política impulsada por el exgobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en relación con la producción y venta de marihuana medicinal ha despertado profundas controversias y cuestionamientos tanto en el ámbito político como en el social. Si bien el marco legal nacional permitió el desarrollo del cannabis con fines medicinales, la ejecución y gestión de este proyecto en la provincia de Jujuy presenta múltiples irregularidades, opacidades y posibles conflictos de interés que deben ser objeto de un riguroso escrutinio.
1. Uso del Estado para negocios privados
Uno de los aspectos más preocupantes es la creación de la empresa estatal Cannava S.E., la cual fue presentada como un emprendimiento pionero en el país. Sin embargo, las condiciones de su constitución, su dirección prácticamente unipersonal y la falta de controles institucionales reales generan sospechas sobre el verdadero destino de los fondos y los beneficios de este negocio.
Gerardo Morales concentró en su figura la toma de decisiones claves y utilizó recursos públicos —tierra, dinero, seguridad y logística estatal— para una empresa que, a pesar de tener una fachada estatal, opera con lógica de negocio privado. Esto despierta dudas legítimas sobre si la prioridad fue la salud pública o el lucro de un círculo reducido de allegados al poder.
2. Opacidad en la información
A pesar de los reiterados pedidos de acceso a la información, el gobierno de Morales se negó sistemáticamente a transparentar los contratos firmados con empresas extranjeras, los balances de Cannava, los ingresos reales del proyecto y los destinatarios de los beneficios económicos. Esta falta de transparencia es incompatible con el manejo de recursos públicos y evidencia una política deliberada de ocultamiento.
3. Discurso progresista, prácticas autoritarias
Morales utilizó el discurso del avance científico, la salud pública y el desarrollo regional como justificativo para un proyecto que terminó beneficiando a pocos y excluyendo a muchos. Lejos de democratizar el acceso al cannabis medicinal, en Jujuy se persiguió a pequeños productores, se reprimieron protestas sociales y se silenciaron voces críticas que cuestionaban el modelo extractivista disfrazado de innovación.
4. Impactos sociales y ausencia de beneficios reales para la población
La promesa de empleo y crecimiento económico para los jujeños nunca se cumplió. Los puestos de trabajo fueron escasos, precarios y concentrados. Mientras tanto, las comunidades originarias y campesinas continúan marginadas del proceso productivo y sin acceso real a los beneficios del cannabis medicinal, tanto en términos de salud como de desarrollo económico.
La gestión del cannabis medicinal bajo el gobierno de Gerardo Morales se presenta, en la práctica, como un negocio millonario montado con fondos y recursos públicos, pero sin controles, sin transparencia y sin beneficios visibles para la población. Detrás del relato progresista se esconde una política concentradora, opaca y funcional a intereses particulares. Es urgente una auditoría exhaustiva, la rendición de cuentas y una revisión profunda del modelo productivo y distributivo implementado en Jujuy.

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